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Se perdieron 20.000 empleos por cierre de industrias

DULCE MARÍA RODRÍGUEZ | TIBISAY ROMERO

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En los últimos 5 años se han perdido 20.000 puestos de trabajo debido al cierre de fábricas en todo el país. El presidente de la Cámara de Industriales de Aragua, Manuel Delgado, dijo que también hay otros factores que han contribuido a la merma del sector industrial como el descenso de la productividad, la inmovilidad laboral, la falta de materia prima por el limitado acceso a las divisas y el control de precios. 

Destacó que el inventario de insumos de las industrias se ha ido reduciendo en cada trimestre de este año y las expectativas para lo que queda de 2014 no son de mejora. Indicó que de 1.330 industrias registradas en Aragua en 2009 actualmente operan 1.100.

Señaló que es importante que el gobierno tenga presente que 60% de las industrias trabaja por debajo de su capacidad instalada, entre 50% y 70%, como consecuencia de la falta de insumos y que es urgente la reposición de los inventarios con el fin de reactivar el aparato productivo y abastecer los mercados.

El presidente de Conindustria, Eduardo Garmendía, refirió que durante el primer semestre del año la liquidación de divisas no mejoró luego de las reuniones que convocó el gobierno en febrero. El promedio de retraso está en 195 días y para el segundo semestre no cree que será diferente.

Las industrias han cerrado líneas de producción por falta de materia prima o para rendirla y otras comprimen la actividad limitando la jornada laboral de 5 a 3 días en la semana. Recordó que recientemente presentaron un plan para la industrialización del país que esperan sea considerado por el Ejecutivo.

Baja la competitividad. “La zona industrial de Valencia genera alrededor de 150.000 empleos directos que están en peligro. Hemos perdido alrededor de 8.000 puestos en lo que va de año. También estamos perdiendo profesionales que han sido formados en las empresas y en las universidades nacionales, lo que nos deja con una merma de competitividad, obsolescencia de desarrollo de tecnología y la fractura de la cadena de producción», dijo el presidente de Fedecámaras-Carabobo, Damiano Del Vescovo, en entrevista a Unión Radio.

Precisó que 25% de las empresas están paralizadas y de 75% de las que trabajan, algunas tienen líneas de producción detenida. La industria trabaja a 50% de la capacidad instalada. «Es la crisis más larga y más profunda que hemos vivido. No es una cuestión de que se otorguen o no los dólares, sino que hay que reconstruir la cadena de producción», enfatizó. Señaló que la Zona Industrial en Valencia es la locomotora de la economía: «Tenemos 70% del ensamblaje de vehículos, 90% de la fabricación de neumáticos y 60% de alimentos».

El presidente de la Cámara de Industriales de Carabobo, Andrés Pérez, afirmó que los dos sectores más afectados del parque industrial en la entidad son el metalmecánico y el químico, por falta de insumos y demora en la entrega de divisas. En varios casos las empresas están operando a 50% de su capacidad.

“Se firma un convenio con China para traer 10.000 carros, mientras las ensambladoras están paralizadas o con baja capacidad de producción. Lo ideal es que los vehículos se ensamblen aquí para mantener los puestos de trabajo. Debe existir una política económica más eficaz y planificada”, dijo Pérez.

Desmejora de ingresos 

Para los trabajadores el descenso de la productividad en las industrias ha significado una desmejora en los ingresos. Han dejado de percibir el pago de beneficios como el bono por horas extras, nocturno, trabajo en día feriado o descanso, porque se ha limitado la jornada laboral para rendir los insumos, señaló Maryolga Girán, presidente de la Comisión Laboral de la Conindustria.

La abogada, experta en Derecho Laboral, dijo que transcurrido el primer semestre del año no hay avance en el diálogo social. A pesar de que la Organización Internacional del Trabajo visitó el país y emitió un informe en el que le recomendó al Ejecutivo abrir el diálogo tripartito, sigue decidiendo sin consultar a los empleadores ni a los sindicatos que representan a los trabajadores. Tampoco ha cesado la politización de las inspectorías del trabajo, otra de las sugerencia que hizo la OIT.